Algunos padres, maestros, cuidadores y
adultos se preguntan: ¿por qué los
adolescentes son tan impulsivos, no les gusta nada, un día quieren esto, otro
día aquello y les cuesta decidirse? El camino que recorre un ser humano cuyo
punto de partida es la infancia y la llegada la adultez, es uno de los más
difíciles y se llama adolescencia. Los adolescentes deben enfrentar muchos
retos durante el tránsito por esa senda, entre ellos los cambios que
experimenta la estructura de su cerebro
que no solamente afecta su biología sino
su comportamiento. La corteza frontal de
un ser humano se desarrolla durante la adolescencia, es decir el adolescente es
el responsable de entregarle al adulto un área frontal formada en su totalidad
y en la adolescencia el cerebro está trabajando para armar esa arquitectura y
cuando algo se está urbanizando no se ve tan agradable. Suponga que usted va a construir
un edificio: debe comenzar desde limpiar el terreno donde lo va a construir,
adecuarlo y luego edificar bases, columnas, en fin, la obra terminada se
entrega cuando ese edificio tenga todo perfectamente armónico y bello, aunque
algunas veces se entrega en obra negra y con el cableado por fuera, la mayoría
de la veces se intenta que todo quede en su debido sitio. La corteza frontal es
la responsable de tomar decisiones complejas y otras no tan complejas, del
CONTROL DE LA CONDUCTA o control EMOCIONAL, de planear tareas y tiempos de
dichas tareas. Las emociones no solamente dependen de esa parte del cerebro,
también del sistema límbico; las dos deben interactuar de manera coordinada,
pero en la adolescencia esto se está regulando, acomodando, para entregarle a la adultez todo en orden. El
sistema límbico también tiene que ver con la respuesta a la RECOMPENSA, por eso
los adolescentes se muestran “necios” ante la búsqueda del placer, asumiendo
algunas veces situaciones riesgosas por un lado porque como se está anotando su
cerebro se halla en un cambio estructural y por otro por la búsqueda de
“pertenecer a”, cosa que para el ser humano es importante y natural pero que
para el adolescente es FUNDAMENTAL. Estos comportamientos anteriormente
mencionados referentes al peligro tienen que ver con tener relaciones sexuales
sin protección, consumo de alucinógenos, juegos que ponen en riesgo su salud, sumarse o crear peleas ya que a ellos les
cuesta controlar la ira y la impulsividad, justamente porque el área frontal tiene
que ver con control de impulsos. La
parte frontal del cerebro también es la responsable de la memoria prospectiva (el
recuerdo de realizar una acción programada en un momento determinado del futuro), por eso ellos olvidan lo que para los adultos es tan lógico
y fundamental. Un padre de familia que este leyendo esto puede decir:
“¿entonces hay que dejar que hagan lo que les dé la gana porque su
comportamiento proviene de un argumento biológico y natural propio de este
ciclo de la vida?” Respuesta: no. Hay
muchos mecanismos para entender y apoyar al adolescente en este proceso tan
complejo. Afortunadamente, existe algo que se llama NEUROPLASTICIDAD que es la
capacidad de hacer nuevas conexiones neuronales, y se desarrolla con más
facilidad en niños y adolescentes;
dichas conexiones permiten aprender nuevas cosas con alegría, permiten la motivación,
explorar, crear, incentivar, soñar, imaginar, pero para ello es muy recomendable que el
adolescente tenga un entorno saludable con condiciones afectivas que le
permitan ser escuchado y entendido desde el respeto y la empatía. Interactuar
con ellos desde el AMOR, pero sobre todo desde EL EJEMPLO SANO DE SUS
PADRES quienes deben ser conscientes que al adolescente hay que “dejarlo ser y hacer” sin convertirlo en un perezoso
al cual se le lava hasta la ropa interior, se le da con facilidad todo lo que
quiere, se cumple su voluntad como si fuera un emperadorcito, sin reglas ni ley
o por el contrario, se le castiga por
todo, se le maltrata física, sexual, psicológica y ECONÓMICAMENTE. He observado
que el maltrato económico se traduce en sacarle a la cara la comida, el
vestuario y algunas veces diciéndole al adolescente que tiene una deuda con los
padres por todo lo que éstos le dan y que algún día deben pagar. Hay que tener
en cuenta que una cosa es que usted le enseñe a su adolescente a trabajar y
defenderse en la vida y que esta enseñanza sea con amor, respeto y tolerancia y
otra muy diferente que él o ella tenga que pagarle por lo que usted le provee,
ya que él es su RESPONSABILIDAD Y USTED DECIDIÓ DARLE LA VIDA y por ende la
protección que necesita; esa es su obligación no la convierta en la firma de un
pagaré en blanco
En América latina hay 110 millones de
adolescentes, es decir que hay 110 millones de personas en las cuales se refugia
la esperanza de un futuro mejor, pero eso depende de la calidad de vida que les
brindemos, del terreno que abonemos en donde el nutriente de esa tierra sea el
afecto representado por el respeto, la sana comunicación y la congruencia de
los adultos entre su pensar decir y actuar.
¿Qué hacer para incentivar o lograr el sano comportamiento en un
adolescente, para que deje de ser tan rebelde, contestón, indiferente y grosero?
1.
Si en la
infancia usted fue maltratador o permisivo, está complicada la cosa, y si todavía
lo sigue siendo, más complicada aún, por lo tanto debe cambiar inmediatamente
su manera de comunicarse: es usted quien debe aprender a regular sus emociones
y a dejar de lado prejuicios, juzgamientos, sistemas de creencias que lastiman
y minimizan. En lugar de decir: “eres un desordenado”, diga: “tú puedes
mantener el orden porque eres muy capaz”. En lugar de decir “no llegues tarde
como siempre” diga: “llega temprano y cuídate mucho”. Vaya cambiando esas
PROFESIAS AUTOCUMPLIDORAS como: “no le vaya a pasar las que a mí, que quede embarazada a su edad, mire, aprenda
de esta sagrada experiencia”, pues su experiencia mal contada y mal
infundada más que educar es pura basura emocional.
2.
No deje a su
hijo a merced de las series de televisión, la pornografía y las redes sociales,
hay otras alternativas como grupos de danza, música, pintura, artes marciales
que le van a ayudar un montón en su desarrollo social, emocional, intelectual,
cultural, individual y familiar.
3.
Actividad
física: fútbol, baloncesto, patinaje, natación, ir al gimnasio y otros deportes
que no solamente son divertidos y ocupan el tiempo adecuadamente, sino que la
actividad física es FUNDAMENTAL
4.
Los
videojuegos ayudan mucho pero controle los tiempos y usos de estos.
5.
SI SU HIJO
TIENE MASCOTAS POR FAVOR NO PERMITA QUE LAS MALTRATE, pues si usted no lo
corrige, su adolescente o niño puede desarrollar el gusto por maltratar a los
demás y al desarrollar ese gusto puede llegar incluso a provocar la muerte de
alguien a futuro.
6.
Designe
momentos para poner atención ÚNICAMENTE a su hijo, sin su celular o aparatos
electrónicos; escúchelo, mírelo a los ojos, hágale preguntas sobre lo que éste
le cuenta, muestre interés, si puede visite lugares que a él le llamen la
atención y comparta sus gustos. Si a usted no le gusta que él practique skate
board por ejemplo, no se oponga, vaya
con él a una competencia, investigue sobre los campeones de ese deporte,
háblele sobre ellos y entable una relación de respeto por sus gustos. Lo
anterior abre la puerta a la confianza, a que su adolescente le cuente
situaciones que pueden ponerlo en peligro como explotación por redes sociales,
trata de blancas, drogas, suicidio, prostitución, entre otros
Magdalena García,
Neuropsicóloga Grupo KALAMO